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La lucha contra el desperdicio: cómo transformar su influencia cotidiana

La lucha contra el desperdicio: cómo transformar su influencia cotidiana

Es posible que los días festivos sean una oportunidad para redescubrir los platos tradicionales y probar nuevas recetas ambiciosas, y en numerosas regiones del mundo son un momento de celebración.

Pero nuestros hábitos de consumo tienen una gran repercusión en el planeta. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que un tercio de los alimentos que se producen para el consumo humano se pierden o desperdician en el mundo, es decir, el equivalente de unos 1300 millones de toneladas anuales.

En realidad, cuando desperdiciamos comida, no solo debemos tener en cuenta las sobras de nuestros platos o lo que se pudre en nuestros refrigeradores. También tenemos que pensar en todos los recursos que han contribuido al cultivo, al acondicionamiento y al transporte.

¿Sabía que son necesarios unos 50 litros de agua para producir una sola naranja y 13 litros de agua para cultivar un tomate? Desafortunadamente, entre la cosecha y la venta a la unidad, se pierde cerca del 14% de todos los alimentos.

Es esta la razón por la que el desperdicio tiene una enorme repercusión en el medio ambiente, además de un costo social y financiero.

El desperdicio de alimentos es también un indicador de la desigualdad. Mientras que 2000 millones de personas del planeta padecen hambre o desnutrición, otros 2000 millones padecen sobrepeso u obesidad.

Estas son algunas cifras clave que destacó la FAO para entender esta problemática:

¿Qué puede hacer?

Estos son algunos cambios pequeños que usted puede adoptar sin dificultad en su vida cotidiana. 

  • Vuélvase creativo y utilice las sobras. Usted puede utilizar el pan rancio convirtiéndolo en migas o en caldo con restos de vegetales. Existen numerosas recetas en Internet para sacar provecho de sus restos en las comidas del día siguiente.
  • Cree abono orgánico, solo o con sus vecinos. ¡Sacará mejor provecho de su comida para cultivar más y fertilizar el suelo en su entorno!
  • Conéctese a las plataformas locales en las que el excedente de alimentos puede ser donado o propuesto a bajo precio.
  • No desprecie las frutas o legumbres que tienen formas extrañas, utilícelas en los smoothies o en los postres.
  • Congele las sobras (de manera apropiada para evitar que se quemen debido al hielo).
  • Organice su refrigerador y su estante de manera que sepa lo que tiene acumulado – conserve los productos que pueden vencer en una misma repisa para darse cuenta fácilmente de lo que tiene.
  • Planifique sus compras y programa sus comidas de la semana en dependencia de lo que tiene. Sea realista y compre solo la comida que necesita.
  • Comparta sus trucos con su familia, amigos y colegas para evitar el desperdicio de alimentos.
  • Haga sus compras en su mercado del barrio y apoye a los productores alimentarios locales.
  • Lea la etiqueta de los productos para informarse sobre la seguridad y calidad de los alimentos.
  • Trate de reducir su consumo de carne, ya que la producción de esta necesita mucha más agua y tierra que la de los vegetales.

¡La construcción de un mundo sostenible se lleva a cabo por pasitos y limitar su despilfarro es una manera fácil y asequible para lograrlo!

Para obtener más información, estos son algunos de los recursos interesantes: